jueves, noviembre 21, 2024
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    Los cortes más profundos de Kurt Cobain

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    Está el joven huraño que arma las primeras versiones acústicas de sus canciones en una grabadora de casetes, el adolescente vertiginoso que hace propagandas radiales con voces graciosas para su nueva banda y el experimentador aplicado que construye collages de sonidos y tormentas de guitarras distorsionadas. También está el escritor serio que narra un temprano intento de suicidio con la determinación de un artista de performances, el romántico descarado que versiona «And I Love Her» de los Beatles y el rockstar acosado que canta sobre sus angustias e inseguridades al borde del olvido.

    Todos ellos son Kurt Cobain. Y todos ellos están en un solo disco: el soundtrack de Kurt Cobain: Montage of Heck, el documental del guionista y director Brett Morgen para HBO sobre el cantante y guitarrista de Nirvana. Fue lanzado por Universal a mediados de noviembre en una variedad de formatos, incluida una edición de lujo de 31 temas. Montage of Heck: The Home Recordings es el primer disco solista oficial de Cobain, curado por Morgen a partir de más de 200 horas de grabaciones en casete, con canciones inéditas, que Cobain hizo desde fines de los 80 hasta poco tiempo antes de quitarse la vida, en abril de 1994, a los 27 años.

    «No hay nada en este disco que haya sido editado antes en ningún álbum ni, hasta donde yo sé, tampoco en grabaciones pirata», dice Morgen. «Todo salió de esos casetes, y sólo incluimos cosas que fueran obra de Kurt solista, es decir, no incluimos ensayos de la banda.» Morgen secuenció los temas como «para crear la sensación de que el oyente está sentado en el departamento de Kurt, como testigo de su creación».

    Morgen -contactado por primera vez en 2007 para hacer un film sobre Cobain por la viuda del cantante, Courtney Love-, empezó a escuchar esa riqueza de grabaciones cuando finalmente comenzó la producción en 2013, con la hija de Cobain, Frances Bean, como productora ejecutiva. Cobain no les había puesto fechas a estos casetes, dice Morgen, «pero pudimos determinar, para la mayoría de los tracks, el año, a veces incluso los meses, basados en otras cosas que hay en las mismas grabaciones». Esto es literalmente cierto en algunos casos. El demo de la balada zumbante «Burn the Rain» termina de manera abrupta cuando Cobain se detiene para contestar el teléfono, y deja la grabadora prendida. Podés escucharlo recibiendo un mensaje de su novia de la época, Tracy Marander. Un instrumental de solo guitarra, «Letters to Frances», es claramente una oda a Frances, nacida en 1992, y quien tenía apenas 20 meses de edad cuando falleció su padre.

    Para Morgen, el momento crucial en The Home Recordings es el shock, que está más o menos en la mitad de la edición de lujo, de la pieza recitada «Aberdeen». (No aparece en el soundtrack «standard», de 13 temas, que contiene sobre todo música o demos para canciones de Nirvana.) En ese track, que en el documental suena sobre unas animaciones, Cobain describe su aislamiento y su desesperación casi suicida de su época de adolescente en Aberdeen, Washington, con la voz neutra, escalofriante, de alguien que lee de un diario íntimo.

    «De hecho hizo varias tomas», dice Morgan. «En la versión larga, podés escuchar sus cortes de edición, o a él dando vuelta las páginas.»

    «El placer de la primera mitad del disco» es la creatividad «que brotaba de él», dice el director acerca de Cobain. «Nadie le dice que vaya y escriba una canción. Lo hace para divertirse a sí mismo.» Pero «Aberdeen», sostiene Morgen, «intensifica el contexto para todo lo que viene después», incluida «She Only Lies», hasta ahora inédita, un retrato desgarrador, a guitarra y bajo, del cantante ahogándose en una traición emocional.

    Frances, hoy de 23 años, no participó de la compilación de The Home Recordings. «Yo lo entregué», dice Morgen. «Lo siguiente que me dijeron fue: ‘Está aprobado’.» Compara la naturaleza forense del set con el modo en que las largas Bootleg Series de Dylan «profundizan tu entendimiento del progreso de Dylan». «Hay una cantidad inmensa de placer. No pudimos ver mucho a Kurt sonriendo en público», dice Morgen. Pero en muchas de estas grabaciones, sobre todo en las primeras, «podés imaginarte cómo se veía, sentado solo en su departamento, pasándola muy bien», dice. «Lo escuchás sonreír.»

     

    Fuente: Rollingstone – David Fricke

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