Así lo manifestó una de las tantas manteras que se apuestan en las peatonales del centro de la ciudad de Salta. El desempleo y la pobreza hacen mella en la calidad de vida de los salteños; ante esta situación el avance del comercio ilegal es incontrolable para los funcionarios de turno.
La solución momentánea es contradictoria por donde se la mire. Algunos días se les permite estar fuera de le ley y ejercer el comercio ilegal y el trabajo en negro, y en otros momentos del día los manteros escapan a la persecución policial.
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