«Sí, estoy cambiando/ sí, me fui/ Sí, soy más viejo/ sí, estoy avanzando», canta Kevin Parker en «Yes I’m Changin», una balada amable que forma parte de Currents, el disco con el que Tame Impala sorprendió a propios y a extraños el año pasado. Después de proponer una (otra más y van…) vuelta de tuerca al rock psicodélico en Innerspeaker(2010) y Lonersim (2012), el grupo australiano por fin sinceró su esencia pop y entregó un conglomerado de canciones que por momentos invitan a bailar, aunque sus letras ronden en torno de rupturas amorosas, lamentos y tristezas de un hombre solitario.
-Los componentes psicodélicos desaparecieron casi por completo, ¿se había vuelto una presión que la prensa y el público los enarbole como los principales referentes del género?
-En verdad no me afectaba tanto, pero sí me interesaba saber cómo iban a reaccionar ante este disco. Es cierto que hay gente que la asocia automáticamente a nuestra música, como si Tame Impala y psicodelia tuvieran que ir siempre unidas. Es lo que esperan escuchar y está bien que así sea. Me gusta la palabra psicodelia y lo que significa, creo que la relación se da por la clase de melodías que hago naturalmente, me salen psicodélicas.
-Currents los volvió definitivamente masivos, ¿esperabas que el cambio sonoro les propicie algo así?
-Sabíamos que teníamos algo especial, las canciones nos sonaban muy frescas. Por supuesto que no lo pensamos en términos de hacer algo alternativo o masivo, pero está claro que mucha más gente escucha a Tame Impala a partir de este disco, y para mí está genial. Si puedo llegar a más gente, entonces soy feliz.
Unos meses antes de la salida de Currents, el nombre de Kevin Parker apareció en la larga lista de invitados que colaboraron en Utpown Special, el disco megarradial que acuñó Mark Ronson. «Fue muy especial ser parte de ese disco, Mark es un gran amigo», responde Parker cuando se le consulta cuánto influyó en el nuevo sonido de Tame Impala, «pero no sé si influyó de manera tan decisiva, creo que esto era algo que iba a pasar eventualmente. Se podría decir que tomé muchas cosas y ninguna al mismo tiempo».
-Participar en ese disco también te dio visibilidad a vos como individuo independiente de Tame Impala, ¿tomás como una responsabilidad haberte convertido en una estrella de rock?
-Sin duda, implica mucha responsabilidad. Siempre lo soñé, tenía pósters de estrellas de rock en mi habitación. Aspiraba a ser un músico exitoso y vivir de esto, siempre lo quise, pero nunca había pensado con detenimiento en todo lo que implica. Uno siente presiones desde el día en que empieza una banda, lo que sucede es que las presiones cambian a medida que todo se va volviendo más grande. Por mi parte trato de ir paso a paso, dar lo mejor de mí en cada show y en cada disco, y tratar de no defraudar al público. A lo único que le tengo miedo es a los paparazzi (risas).
Fuente: La Nacion