El dirigente político Rubén Correa habló sobre el rol del sindicalismo argentino en la actualidad.
«Es un año electoral y, por lo tanto, en un año electoral hay cosas que pueden ser predecibles y otras que no. La respuesta de una parte del sector gremial dice intentar negociar pero, por otra parte, cada vez que pueda pegará un golpe de mano para re orientar la posición de la opinión ciudadana en torno al gobierno de Macri para garantizar el apoyo a algunas de las acciones peronistas que estén en elecciones».
Asimismo, el historiador analizó: «Uno ve el espectro, y hay un peronismo fraccionado y dividido y hay sectores sindicales vinculados a algunos de estos partidos que emergen del peronismo. Al mismo tiempo, hay cosas que a los dirigentes sindicales les preocupa, uno de ellos son los 40 mil millones de pesos de las obras sociales, que son los recursos de salud que el Estado le debe a los sindicatos. También saben que tienen que ganar tiempos para negociar reivindicaciones salariales», sin embargo, consideró: «después de las elecciones sabremos cómo se sigue».
«El peronismo tiene enormes dificultades en el marco de lo institucional fuera del poder para comportarse como una oposición racional, que se construye para ser oficialismo. El peronismo está buscando, permanentemente, atajos para acelerar procesos y volver al poder, y se produce un escenario de crisis donde los perjudicados somos todos. El peronismo tiene que acostumbrarse al juego democrático, no es la violencia, la prepotencia o represión cómo se construye una sociedad democrática, sino con el apego a la ley e instituciones y del voto popular», concluyó.
De nuestra redacción.
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