Por Mariano Arancibia para Radio Dinamo
Las Diferencias y La Venganza fueron los encargados de cerrar el Ciclo Rock Salta- Uniendo Estilos ante un buen marco de público que se llegó a Macondo bar pese al frio que se sintió en la madrugada del sábado 18 de noviembre.
Los muchachos de La Venganza fueron los primeros en subirse al escenario a las 1 y pico de la mañana. Comandados por esa especie de Elvis del punk-hardcore salteño, llamado Javi Brokowski que se mueve frenéticamente y transmite un espíritu juvenil, la banda ofreció un set enérgico como nos tiene acostumbrados. Cada integrante se mostro preciso, Emiliano Alaui en guitarra, Pipa Fabris en Bateria y Marcos Brokowski en el bajo desarrollaron durante 40 minutos un repertorio basado en canciones de su primer disco. La novedad fue la presentación de canciones nuevas, las cuales fueron bien recibidas por el publico que llegó temprano. La «V» se mostró en forma ofreciendo un eficaz show donde combino una propuesta de rock potente con algo de Psicodelia surf. Es una buena noticia para la escena local que continúen activos, en proceso creativo y presentando canciones de lo que seguramente será su segundo disco.
Finalizado el primer show, por los parlantes empieza a sonar “Lily Malon” de Riff y después canciones del carpo; paulatinamente las mesas se empiezan a llenar al igual que los vasos que se recargan de cerveza. Faltan algo más de 20 minutos para las 3 AM cuando la banda prometida sale a escena. Con un escenario sin escenografía más que los posters de bandas que tiene colgado el lugar -que dicho sea de paso son de mal gusto y recargan el fondo del escenario- Las Diferencias largan con todo energizando al público que se empieza a amontonar adelante.
El cantante y guitarrista Andy Robledo, vestido con una camisa animal print y pantalón chupin negro, sin mediar palabras y con gran soltura tira sus riffs que resultan por demás efectivos. A su lado, Alejandro Navoa, el bajista, con sombrero negro onda setentoso, lo acompaña firme sin desentonar y atrás Nico Heis, el batero, le impone un ritmo certero al grupo. Mientras pasan los temas voy comprendiendo el sonido de la banda en vivo: es garaje-blues con distorsión, de la rama ortodoxa del rock (riff, manal, hendrix) pero también con canciones flasheras, onda hipnóticas, esto sin caer en el primitivismo. Pese a la corta edad de la banda se los nota sueltos y muy prolijos en el uso de los recursos que utilizan.
Entre las canciones que tocaron se destacó: Emoción y Velocidad, Privado de la libertad y Al Borde del Filo. Pasando la mitad del set, la intensidad va en aumento y la distorsión de los solos logra sumergir al público en un ambiente vertiginoso, entonces tocan: “A donde está la libertad” de Pappo y “La Balsa” de Los Gatos. El broche final es con Morder el Polvo.
El trío de la zona oeste del gran Buenos Aires no tocó mucho tiempo pero en lo que duró su set-list dejó en claro que tiene algo que mostrar; esto en tiempos donde muchos señalan como vetusto (y casi muerto) el género que eligieron interpretar. Los rockeros, quedamos por demás contentos.
Ph: Cecilia Sosa
