Dentro de las cuatro paredes del Teatro Provincial, con la presencia de notables exponentes nacionales e internacionales, se vivió una de esas experiencias que un escucha de blues y de la música en general, debería experimentar. Por Mariano Arancibia
El plato fuerte fue la presencia de Josh Smith, uno de los guitarristas más importantes de la nueva camada de estrellas del género. Derrochando clase y fuerza en cada canción, el estadounidense, que estuvo muy bien compenetrado con Nasta Super, ofreció un show breve pero de buen gusto y nivel. Josh Smith, a la hora de improvisar, conjuntamente a su impronta blusera, tiene un fraseo sólido con influencias del jazz y la música country. Como era de esperar, dejó su distintivo sello internacional en la velada del sábado y muchos quedamos con ganas de más.
Además, el mismo día, tuvimos el privilegio de escuchar a una figura clave del apogeo del blues en los 90: Deborah Dixon. La actual corista del Indio Solari, se comió el escenario: agitó, bailó, acompañó con una pandereta y puso su voz por momentos delicada y por otro muy potente. Tocó una inolvidable versión de Route 66 y The Thrill Is Gone de BB King. Su show nos acercó al espíritu profundo de la música negra.
Se destacó la banda rosarina Vudú, quien fue la encargada de darle al festival un aire más rockero. Su set fue perfecto con un rock de alto voltaje, al más puro estilo de Led Zeppelín, sobre todo del lado de su cantante: una especie de combinación entre Robert Plant y Mick Jagger.
La legendaria Memphis La Blusera coronó la primer noche. Junto a la Mississipi, que cerró el festival, tal vez fueron los más festejados. Los primeros, con un cantante nuevo que posee un tremendo vozarrón grave y 9 músicos en el escenario, sedujeron al público que terminó la primera noche bailando de pie. Por su parte, la banda liderada por Ricardo Tapia, a base de su clásico blues, rocanrol y punteos con slides, dejó contentos a todos. La fiesta que la gente al parecer quería tuvo su punto cúspide cuando sonaron: Blues del Equipaje, Café Madrid, San Cayetano y el tema de Vox Dei Ritmo de Armónicas. El plus fue Post Crucifixión de Pescado Rabioso.
No faltaron los representantes locales. Además de la contundencia de Perro Ciego, sonó muy bien Bigotones, que tuvo a un frontman que no pasó desapercibido con su espontaneo desenvolvimiento y una banda ajustada. También, hubo lugar para Frans Molins y un grupo de músicos que lo acompañaron quienes, pese a algunos problemas de sonido, no desentonaron con el resto.
“Fue un gran encuentro con músicos de La Rioja, Rosario, Buenos Aires y de otros países que no me voy a olvidar jamás”, comentó contento a Radio Dinamo, Frans Molins, organizador del evento y señaló que, si bien desde lo económico no salió como todo esperaba, el balance de conjunto resultó positivo. “Las tres noches fueron excelentes, tuvimos apenas un retraso de media hora, los músicos brindaron lo mejor de sí. Siempre soñé con tener a todos los ídolos del género y me di el gusto de tocar con una orquesta local, presentar mi próximo disco, pisar por primera vez con mi proyecto fue algo increíble”, dijo Molins.
Por fuera del festival de Jazz, cuesta encontrar eventos de ésta categoría en la agenda provincial. Esperemos prontas veladas similares, porque nos merecemos blues de sobra por estas tierras.
📸 Ph Joel Galian
