por Diego Subirada
Pese a recibir críticas desde distintos sectores, la docencia salteña, por fuera de los gremios tradicionales, logró una paritaria histórica del 38 % de aumento para el ciclo lectivo 2019. Cifra que tuvo que ser replicada para el resto de la administración pública provincial y para los empleados de la municipalidad capitalina.
Gracias a una medida de fuerza con un altísimo acatamiento y a una permanente movilización que incluyó un acampe en Plaza 9 de julio, masivas asambleas en el Estadio Delmi y la “peregrinación” hacia la capital de buena parte de la docencia del interior de la provincia, el sector consiguió que el gobierno provincial suba considerablemente la oferta anterior realizada en el marco de la negociación que venían llevando a cabo desde el miércoles 6 de marzo, fecha en que debió dar comienzo al ciclo lectivo.
Una vez más, pero este año fue se hizo mucho más evidente, la lucha docente no se desarrolló por su lugar natural, la de los gremios tradicionales y reconocidos con personería jurídica, sino que fue protagonizada por docentes independientes nucleados en Docentes Unidos de Salta y Docentes Autoconvocados, ambos sin personería jurídica, a la postre, los grandes ganadores de la negociación.
Esto nos lleva a plantearnos, cómo quedan parados, ante sus representados y ante la sociedad, estos gremios que en su mayoría habían cerrado un acuerdo del 30 % de aumento, 8 puntos menos de lo que lograron, con sus posturas, las asociaciones docentes sin personería. Y si además tomamos en cuenta la crisis institucional que vive ADP, el mayor gremio docente de la provincia, después de denuncias que incluyeron títulos falsos y venta de cargos docentes, la situación de la representación gremial tradicional queda en lugar difícil de seguir sosteniendo.
Es sabido que los gremios con mal funcionamiento o cuya dirigencia tienen cosas para esconder o presentan aspiraciones de perpetrarse, suelen ser convenientes a los gobiernos de turno ya que se vuelven mucho más dóciles a la hora de negociar.
Nueva oportunidad de hacer bien
Es a todas luces claro que estamos ante la posibilidad de poder lograr la tan reclamada democratización de ADP, gremio que viene recibiendo denuncias a lo largo de los años de asambleas manipuladas y maniobras de distintos tipos. La caída de Patricia Argañaraz y este nuevo triunfo de los sectores gremiales no tradicionales, sin duda abre la puerta a un cambio. Ojalá esta oportunidad no sea desaprovechada.
