Carlos María Vergara se refirió a la muestra fotográfica «Texturas de Salta» que estará disponible desde el 16 al 30 de abril, en el hall central de Casa de la Cultura.
“Han pasado 25 años en los cuales he trabajado fotográficamente con una especie de dependencia, de criterio estético y económico. Es decir, yo te saco fotos a vos, saco una foto que a mí me gusta pero a vos también te tiene que gustar, entonces, hay un espacio, es una especie de negociación. Trabajé en política, en periodismo, en gráfica, en un montón de áreas en las cuales yo hacía mi foto pero tenía que esperar el visto bueno de mi cliente. Con Texturas de Salta yo vuelvo a mí, a mi mirada, independientemente si alguien le gusta o no. Me estoy expresando, me siento feliz, realizado, de poder hacer estas fotos sin esperar nada a cambio”, relató Vergara. 
Además dijo: «Texturas de Salta nació casi sin querer, empecé a editar fotos, empecé a trabajar, a editarlas. Estoy inspirado en un fotógrafo argentino que se llamó Pedro Luis Raota y otro brasilero que se llama Sebastião Salgado, me gusta el blanco y negro, el paisaje y esta perspectiva, me siento muy bien con esto. Salí a buscar nuevos escenarios, di varias vueltas por los valles y tengo fotos de prácticamente toda la provincia de Salta, que están reflejadas en esta muestra que estoy realizando»
Al ser consultado sobre sus distintos proyectos respondió: «tengo una naturaleza emprendedora, a veces me preguntan o trato yo mismo de dilucidar en dónde estoy parado y me preguntó, si soy empresario o soy artista, me considero fundamentalmente un emprendedor. Mi herramientas es la fotografía, podría definirme así, en todo lo que hice he tratado de no alejarme del eje central, la foto, entonces la Escuela, la Revista Festa, Festa Teens, los cursos privados que doy, las muestras, giran en torno a la fotografía, qué es mi pasión primigenia».
Carlos María Vergara ganó reconocimiento en la ciudad por sus trabajos de fotografía social y al respecto dijo: “lo que percibí en aquel entonces cuando comencé con la fotografía social, es que había una suerte de desconsideración para el fotógrafo, era un agregado en la fiesta, era el gordito que se iba a comer los sandwichitos, no había una valorización, un respeto del laburo profesional. Personalmente he luchado mucho por la valorización, para dar el reconocimiento del profesional de la fotografía social. Después vinieron nuevas generaciones que han hecho laburos que son tremendos, mucho mejores que los míos, pero ya se sentó un precedente conmigo y con otros dos tres más que cambiamos la situación de la profesión en la plaza”.
“Llegué a Salta casi por accidente del año 94, empecé a trabajar en lo que más me gusta, el fotoperiodismo, en un diario que se llamaba Eco del Norte, que ya no existe más. Vine enviado por una agencia a cubrir un partido de Gimnasia y Tiro, en las viejas buenas épocas y en la cancha me hice amigo de Lucas Alasio, actualmente fotógrafo, enganché con las gente del diario y a los dos meses estaba trabajando acá, fue alucinante porque empecé a darme cuenta que podía vivir de la fotografía y fue increíble”, cerró el artista.
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