“No debemos bajar la guardia, la democracia está en constante amenaza por parte de aquellos que pretenden aprovecharse de ella en beneficio propio y proponen salidas autoritarias a los problemas económico-sociales”.
En este 24 de marzo se conmemora un aniversario más del golpe cívico-militar que sumió a la Argentina en una de las épocas más oscuras de su historia. Es un día para recordar a las víctimas, a los desaparecidos y a los que lucharon por la democracia y la libertad. Pero también es un día para reivindicar la importancia de la democracia en la República Argentina.
Hoy, a 47 años de aquel triste suceso, la democracia en nuestro país se encuentra consolidada, después de años de lucha y sacrificio. Este año, además, celebramos 40 años de democracia ininterrumpida. La democracia, como forma de gobierno, se basa en la soberanía popular y en la división de poderes, tal como lo enseñó Montesquieu. Esto significa que el poder no puede estar concentrado en una sola persona o institución, y que las distintas ramas del poder deben actuar de forma independiente.
República Argentina, como su nombre lo indica, una república con división de poderes para evitar su concentración, evitar el autoritarismo y la defensa de la libertad y del ejercicio pleno de los derechos civiles, como las elecciones libres y la libertad de expresión.
La democracia no es perfecta, tiene defectos y hay que seguir trabajando en mejorarla. Pero, aun así, es la mejor forma de gobierno que existe, y hay que defenderla. En Argentina, la democracia se viene consolidando, sin denuncias de fraude y los ganadores son reconocidos e indiscutidos por los restos de las fuerzas. Esto es un logro importante, que debemos valorar y defender. Mantearla al margen de la afamada grieta que separa a los argentinos e impide lograr soluciones consensuadas para solucionar los problemas estructurales y de largo plazo que tiene nuestro país.
Sin embargo, no debemos bajar la guardia. La democracia está en constante amenaza por parte de aquellos que pretenden aprovecharse de ella en beneficio propio y proponen salidas autoritarias a los problemas económico-sociales. Por eso, es importante que sigamos reivindicando la democracia, pese a todos sus defectos y más aún ante los ataques que viene sufriendo desde distintos sectores.
En definitiva, este 24 de marzo debemos recordar a las víctimas, reivindicar la democracia y la libertad, y seguir trabajando para consolidar una sociedad más justa y democrática. Solo así podremos construir un futuro mejor para todos los argentinos.
