El aislamiento del gobernador Sáenz, una preocupante barrera entre el poder y el pueblo.
En la antigüedad existía la costumbre de bautizar a los monarcas con algún mote o sobrenombre que usualmente venía dado por alguna característica de su aspecto o, más comúnmente, de su personalidad o de comportamiento. Si fuésemos capaces de transpolar esa vieja costumbre a la Salta de hoy, una de las denominaciones que sin duda correría en punta sería: Gustavo, “El Inaccesible”.
El aisalmiento por parte del gobernador ha sido reconocido por empresarios, emprendedores, periodistas, medios de comunicación, representantes de organizaciones intermedias y demás actores de la sociedad civil que, a lo largo de los últimos años, han encontrado obstáculos a la hora de intentar entablar contacto con el gobernador en ejercicio de la provincia de Salta.
Según lo manifestado por una reconocida empresaria local, al ser consultada por Radio Dinamo, “este grado de inaccesibilidad no tiene precedentes en la provincia, desde la recuperación de la democracia, al menos. Es imposible verlo, se muestra inaccesible, flanqueado por un círculo íntimo que hace imposible cualquier contacto, incluso aquellos que tenían una relación previa con el gobernador, han sido incapaces de concertar una reunión con él”, afirmó la gerenciadora una empresa vinculada al área de servicios.
Esta situación se ha vuelto recurrente y ha generado un sentimiento de frustración entre muchos que han intentado, aunque sea un breve encuentro o intercambio de mensajes.
Esquiva relación con la prensa y lógica de «medios amigos»
Los medios de comunicación tampoco han escapado a la falta de apertura por parte del gobernador. Obtener una entrevista con Sáenz es una tarea casi imposible para los periodistas, quienes solo han logrado interactuar con el mandatario en momentos de apariciones públicas inevitables. Incluso en esas ocasiones, el gobernador se retira rápidamente rodeado de un numeroso personal de seguridad, lo que limita aún más las posibilidades de abordar temas de interés público.
Desde el inicio de su mandato, Sáenz ha sido un gobernador notablemente esquivo al contacto con periodistas, medios de comunicación o a conceder entrevistas, por supuesto, con algunas exepciones.
Ha sido una costumbre gubernamental, a la hora de manifestarse, recurrir únicamente a su red de “medios amigos”, con los cuales mantiene una estrecha relación, tan estrecha, que en más de una oportunidad periodistas de canales de televisón pasaron directamente a ser funcionarios de su gobierno. Otro caso digno de atención es el que mantiene con el medio de su amigo Mario Peña, cuyo hijo, del mismo nombre, se desempeña como ministro de turismo.
Interrogantes y esperanza de un cambio
Esta situación plantea interrogantes sobre la imparcialidad y discrecionalidad del manejo de las comunicaciones gubernamentales, ya que parecen filtrarse a través de un círculo íntimo de confianza que a su vez se constituyen como los mayores beneficiaros de los fondos oficiales destinados a pautas publicitarias.
Es una realidad innegable que el aislamiento de un líder obstaculiza la identificación y solución de los problemas reales que enfrenta la provincia. Además, socava la confianza y la participación ciudadana, elementos fundamentales para el sano funcionamiento de una sociedad democrática.
Es de esperar que el gobernador, en su nuevo mandato, pueda examinar esta postura y revertir la situación. Efectúe una apertura al diálogo, hacia diferentes referentes sociales, para que en el caso de que la sociedad decida recordarlo, no sea precisamente por “inaccesible”.
