Un elemento que ha contribuido notablemente a esta desilusión es la presencia de candidatos provenientes del núcleo más íntimo del gobierno provincial en ambos frentes que disputan el poder a nivel nacional.
Por Diego Subirada.
En un país que late al ritmo de la política, donde cada elección plantea un escenario de esperanza y cambio, la provincia de Salta se ha sumergido en un clima de apatía y desinterés en la campaña electoral que acaba de concluir de cara a las Elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) que tendrán lugar en toda la extensión de la República Argentina este próximo domingo 13 de agosto.
La campaña electoral en Salta ha pasado prácticamente desapercibida ante los ojos de sus ciudadanos. Un algo grado de apatía, desinterés y poco entusiasmo ha marcado el camino hacia las PASO. La indiferencia ha teñido los encuentros públicos, parece que los salteños han optado por alejarse de una competencia que solía llenar de color y militancia calles plazas y avenidas y que en esta ocasión no se han hecho presente .
La provincia de Salta se encuentra en una encrucijada particular, donde Unión por la Patria presenta a Pablo Outes, uno de hombres con más poder en el gobierno, mientras que Juntos por el Cambio postula a María Eugenia De Vita y Alberto Castillo, la secretaria privada del gobernador y el director de REMSA, respectivamente. Este escenario ha suscitado una sensación generalizada en la sociedad salteña de que, independientemente del resultado, todos son parte del mismo entramado político.
La división de los candidatos en los dos principales frentes electorales, pero con raíces profundas en el mismo sustrato gubernamental, ha causado un efecto paradójico: en lugar de avivar la competencia y la emoción electoral, ha erosionado la confianza de los ciudadanos en la posibilidad de un cambio real. La percepción de que estas elecciones no representan una verdadera elección entre alternativas diferentes ha contribuido a la apatía generalizada, ya que muchos sienten que independientemente del resultado, los hilos del poder seguirán siendo manejados por las mismas manos.
En este contexto, es imperativo recordar que las PASO son un pilar fundamental de la democracia argentina, una oportunidad única para que los ciudadanos expresen su voz y participen activamente en la construcción del futuro del país. Aunque en Salta la campaña haya flaqueado y la apatía parezca reinar, no debemos perder de vista el valor intrínseco de este proceso democrático.
Las elecciones PASO en Salta del próximo domingo son un llamado a la reflexión sobre el estado actual de la política en la provincia y en el país en su conjunto. Es un recordatorio de que la participación ciudadana es esencial para mantener viva la democracia y garantizar que las voces de todos sean escuchadas. A pesar de la desilusión y el desinterés que puedan pesar en el ambiente, cada voto cuenta y tiene el poder de dar forma a un futuro diferente.
En última instancia, Salta enfrenta un desafío fundamental: resurgir de la sombra de la apatía y reclamar su lugar en el escenario político con fervor y determinación. La responsabilidad recae en todos nosotros, los ciudadanos, para demandar una política que represente auténticamente nuestras aspiraciones y necesidades. Las PASO son la oportunidad de hacerlo, y es un llamado a superar la desilusión y alzarnos como protagonistas de nuestro propio destino político.