Estos meses, las salas del Museo de Antropología brindan al público la oportunidad de conocer la colección de bienes muebles de carácter arqueológico que en la actualidad pertenecen a la Casa Taller Jorge Hugo Román. Entrada gratuita.
La muestra se caracteriza por ser diversa. Comprende objetos principalmente de cerámica y piedra de diferentes momentos temporales del actual noroeste argentino que corresponden a distintos estilos planteados desde la arqueología Argentina.
El recorte de piezas que se puede ver tiene como objetivo acercarlas al público. Al respecto, el director del Museo, Leonardo Mercado, expresó: “la muestra se realiza en el marco de nuestro 49° Aniversario, con el objetivo de difundir la importancia de democratizar el acceso a las colecciones arqueológicas particulares, partiendo de la base de que el patrimonio es de propiedad colectiva. Con esa idea, el público tiene acceso libre para apreciar, en un museo público, piezas de gran valor”.
El funcionario agregó que, asimismo, estas acciones favorecen el registro de las colecciones particulares en los términos que exige la Ley 25.743.
La muestra podrá apreciarse hasta el 31 de julio en el Museo, Ejército del Norte y Ricardo Solá.
Jorge Hugo Román
Nació en Capital Federal, Buenos Aires, el 3 de abril de 1925 y falleció en la ciudad de Salta, en 2004, provincia que conoció y valoró desde joven cuando, formado en las escuelas de arte (Escuela Nacional de Bellas Artes “Manuel Belgrano” y Escuela “Prilidiano Pueyrredón”), obtuvo una beca de estudio basada en su dominio de las artes, principalmente el dibujo, y, en su profundo interés por conocer el interior del país, viajó a nuestra provincia (posibilidad que le otorga el entonces director de la escuela Pueyrredón, Miguel Solá). Ese sueño se refuerza luego, a los 26 años, al ganar el Gran Premio de Honor “Presidente de la República Argentina” (Salón Nacional de dibujo y pintura) con un dibujo inspirado en el hombre y el paisaje de Salta, que le permite retornar a Salta para seguir su búsqueda artística.
Posiblemente “en ese interior del interior surge su interés por el coleccionismo, en ese amor al arte y admiración por esta tierra”, dice su esposa Fulvia Lisi, quién hoy protege cuidadosamente los objetos personales del artista y la colección de arte que incluye la arqueológica.