martes, diciembre 3, 2024
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    Editorial: Gustavo Sáenz, un gobernador sin ideas

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    Mientras el gobernador Sáenz festeja con bombos y platillos el inicio de producciones de la mina Eramine en Salta, la vecina provincia de Jujuy muestra un panorama muy diferente.

     

    Al momento de considerar el mandato de Gustavo Sáenz al frente del poder ejecutivo y en función de ello, realizar un análisis comparativo de gestión con la vecina provincia de Jujuy, el resultado obtenido es bastante deficitario para el gobernante salteño. Nos encontramos con muchas limitaciones, falta de equipos capacitados, liderazgo y búsqueda de soluciones creativas.

    En Jujuy han sabido aprovechar sus recursos naturales de manera efectiva y con creatividad, destacándose en tres áreas clave: el litio, la energía fotovoltaica y la producción de cannabis medicinal.

    En el ámbito del litio, Jujuy ha logrado posicionarse como un líder en la producción de este mineral clave para las baterías de vehículos eléctricos, que son parte del futuro de la movilidad sostenible. En contraste, Salta, bajo la administración de Sáenz, parece estar estancada en un modelo extractivista sin valor agregado para la economía local.

    En la Puna jujeña, cerca de la localidad de Cauchari, en el departamento de Susques se encuentran los tres parques solares de generación de energía eléctrica que tiene la provincia y que pese a que cada uno tiene nombre propio, funcionan de forma centralizada.

    Cauchari Solar I, Cauchari Solar II y Cauchari Solar III se agrupan en la Planta Fotovoltaica Cauchari Solar donde el único accionistas es Jujuy Energía y Minería Sociedad Estatal (Jemse), empresa gubernamental que también tiene presencia en las dos plantas de producción de Carbonato de Litio del Solar de Olaroz que, vale la pena mencionar, se encuentra a tan sólo algunos kilómetros de distancia.

    Jujuy, no solo cubre sus propias necesidades energéticas, sino que también exporta electricidad a otras regiones. Esta visión de futuro, basada en energías renovables, contrasta marcadamente con la falta de iniciativas similares en Salta, donde las viejas prácticas de pedir fondos a Buenos Aires para obras públicas siguen siendo la norma.

    Por su parte, la empresa pública jujeña Cannava cerró contratos para enviar parte de su producción a Alemania, Portugal y Australia. En base a estos contratos estiman tener para este 2024 una facturación anual de 5 millones de euros. Las inflorescencias que se exportan son de alto contenido de THC.

    La empresa estatal  concretó la primera exportación de cogollos de marihuana después de seis años de trabajo, primero en investigación y desarrollo y, desde hace un tiempo ya, con la producción de aceite para el mercado interno.

    Con regulaciones claras y apoyo gubernamental, Jujuy ha creado una industria emergente que genera empleo y atiende a las necesidades de salud de la población. Mientras tanto, en Salta, los gobernantes parecen ajenos a estas oportunidades, prefiriendo continuar con fórmulas obsoletas que solo benefician a un pequeño grupo de empresas.

    La diferencia entre ambas provincias radica en la capacidad de sus líderes para buscar soluciones a los problemas sociales. En Jujuy, se observa una gestión innovadora que busca el progreso. En Salta, en cambio, el gobierno de Sáenz sigue apegado a prácticas del pasado, sin ideas nuevas y con una dependencia preocupante de los recursos nacionales para reactivar su economía.

    Es hora de que Salta aprenda de su vecina del norte y adopte una visión más moderna. Los tiempos han cambiado y la ciudadanía merece un gobierno que esté a la altura de los desafíos actuales, con propuestas concretas y efectivas que impulsen el desarrollo sostenible y el bienestar de todos.

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