domingo, julio 27, 2025
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    Nicolás Picatto: La bohemia y la persistencia de un artista salteño

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    La figura de Nicolás Picatto, artista plástico salteño, emerge como un faro de creatividad y dedicación en el ámbito del arte visual contemporáneo. Desde los primeros trazos de su infancia hasta su actual reconocimiento, Picatto ha construido un universo artístico que refleja tanto su historia personal como las vibraciones de su tierra natal.

    Los inicios: una pasión infantil que germinó en arte

    “Estas cosas se empiezan bien de niño. En mi caso, de niño”, rememora Picatto, destacando que su amor por el arte surgió en su infancia, cuando copiaba personajes de cómics como Afanancio, Condorito y Superman. Aquellas primeras incursiones en el dibujo fueron el germen de una carrera dedicada por completo a la creación artística. “A los doce años, una tía me regaló pinceles y óleos, y me enseñó. Ahí ya me incliné por la pintura de caballete”, comparte, subrayando cómo esos momentos marcaron el rumbo de su vida.

     

    Vivir del arte en Salta: una montaña rusa de emociones

    La experiencia de vivir del arte en Salta no ha sido sencilla. “Tiene mucho de montaña rusa. Este año ha sido con el cuchillo entre los dientes”, confiesa. Sin embargo, el artista enfatiza la imposibilidad de abandonar su pasión: “No podés. Ya tenés una sensibilidad marcada a la expresión. Es una necesidad de hacer”.

    Su rutina laboral es intensa y noctámbula. “Trabajo por la tarde, después de comer, hasta las ocho o nueve de la noche. Y luego, hasta la una o dos de la mañana”, relata. La noche, con su calma y falta de interrupciones, se ha convertido en su aliada. “A esa hora no te molestan el teléfono ni otros compromisos”, explica.

     

    La obra: entre lo efímero y lo trascendente

    El arte de Picatto abarca murales, cuadros y pegatinas, en una constante búsqueda de nuevos lenguajes visuales. “En 2008 comencé con el arte urbano. Hay una fuente cerca del Hogar Escuela que hice en esa época y todavía está porque el dueño tiene buena onda y me pide que la retoque cada tanto”, dice con una mezcla de orgullo y nostalgia. Sin embargo, muchas de sus obras urbanas han desaparecido, victimizadas por el crecimiento de la ciudad o el paso del tiempo.

    En los últimos años, ha explorado el “paste-up” o pegatina, una técnica que permite trabajar en el taller para luego intervenir espacios urbanos. “Es una tendencia mundial. Cada vez es más difícil encontrar espacio para pintar en las grandes ciudades”, señala. Esta técnica, efímera por naturaleza, se adapta a un entorno cambiante y refleja su filosofía: “La ciudad permanentemente devora todo. Si no estás ahí con el mural, tres años después ya está descolorido o derrumbado”.

    La narrativa salteña en los cuadros de Picatto

    Sus pinturas de caballete tienen una identidad inconfundible. “Son escenas intrascendentes de la vida real”, afirma. Picatto encuentra belleza en las fachadas anónimas de los barrios y en los paisajes cotidianos. “Esas cosas que nadie le saca una foto tienen una mística. Vivimos en una fantasía cotidiana que no siempre percibimos”, reflexiona.

    El color: un lenguaje emocional en la obra de Picatto

    El uso del color en la obra de Nicolás Picatto es un elemento central que refuerza las emociones y significados de sus creaciones. “El color es la parte más emocionante. Partís de un color y después tenés que ver qué color vas a poner al lado para que combine, para que juegue”, explica. Durante la pandemia, Picatto se encontró trabajando intensamente con el azul, un color que asocia con la tranquilidad y la introspección. Más recientemente, ha experimentado con el naranja, agregando nuevas dimensiones a su paleta. “El arte es muy flexible con los sentidos, y eso es lo que lo hace emocionante”, concluye.

    Inspiración en lo cotidiano: el arte de encontrar lo extraordinario

    La inspiración de Picatto nace de escenas simples y cotidianas, esas que muchas veces pasan desapercibidas. “Son cosas que las vamos a ver constantemente cuando salimos a la calle”, comenta. Casas, barrios silenciosos, elementos que parecen intrascendentes, cobran vida en sus obras. Para él, lo cotidiano está lleno de una mística que solemos ignorar. Su capacidad de abstraer estos momentos y convertirlos en arte nos recuerda que vivimos rodeados de una fantasía cotidiana que solo el ojo del artista puede captar y resaltar.

    Influencia y formación: un aprendizaje que trasciende lo académico

    Formado en la Escuela de Arte Figueroa Alcorta en Córdoba, Picatto valora su experiencia académica, aunque destaca que el aprendizaje verdadero va más allá de las aulas. “Lo que realmente te perfila como artista es la bohemia. Las charlas con personas que están en el mismo camino que vos, donde el delirio está permitido, son fundamentales”, explica.

    Durante su etapa en Córdoba, también se sumergió en la escena musical. “Iba a los pubs y recitales. Era muy bohemio todo”, recuerda. La música, desde el folklore hasta el rock nacional, ha sido una constante en su vida y una fuente de inspiración.

    El legado de un artista en constante evolución

    Nicolás Picatto es un ejemplo de resistencia y pasión en el arte. Su obra, tanto en el espacio público como en el privado, invita a reflexionar sobre la belleza de lo cotidiano y la efimeridad de la vida urbana. Su búsqueda incansable de nuevos lenguajes y su dedicación a tiempo completo al arte son testimonio de un creador comprometido con su sensibilidad y su tierra.

    En palabras del propio Picatto: “Vivimos en una mística. Esas cosas que se dan diariamente tienen una fantasía que a veces no percibimos. El arte nos ayuda a verla”.

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