El caso de Lucas Mercado nos refleja una preocupante realidad: la notable carencia de infraestructura, recursos humanos y formación especializada en materia de Salud Mental en Salta.
En la provincia de Salta, la problemática de la salud mental parece ser una de esas cuestiones que se evita mirar de frente. Como si una sombra del pasado siguiera rondando, persiste la costumbre de ignorar, apartar o incluso burlarse de quienes enfrentan trastornos mentales.
Este tema, relegado por generaciones, hoy vuelve a ser protagonista a partir de la trágica muerte de Lucas Mercado, un joven de 20 años cuyo caso desnuda las graves deficiencias del sistema de salud y seguridad pública de la provincia.
Lucas, quien padecía episodios de ansiedad y pánico, buscó auxilio en el hospital Dr. Miguel Ragone, un centro especializado en salud mental. Sin embargo, lejos de encontrar la ayuda que necesitaba, fue rechazado y derivado a otro nosocomio, el hospital San Bernardo. En el camino, la intervención policial terminó en un episodio confuso y fatal. Al día siguiente, su cuerpo mostraba evidentes signos de violencia que su familia denuncia como injustificados y que han dejado más preguntas que respuestas.
Este caso refleja una preocupante realidad: la notable carencia de infraestructura, recursos humanos y formación especializada en materia de salud mental en Salta. Más aún, evidencia la incapacidad de las fuerzas de seguridad para abordar situaciones de crisis de manera adecuada, exponiendo a las personas vulnerables a riesgos adicionales en lugar de protegerlas.
Un problema global con soluciones claras
La salud mental ha sido reconocida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como una prioridad global. Según datos de la OMS, uno de cada ocho individuos en el mundo vive con un trastorno mental, y el costo económico y social de la falta de atención adecuada es inmenso. Además, el Informe Mundial de Salud Mental de 2022 subraya que por cada dólar invertido en intervenciones eficaces, se genera un retorno de al menos cuatro dólares en mejoría de la productividad y reducción de costos asociados a problemas de salud.
En países con sistemas de salud robustos, la atención en salud mental incluye redes de apoyo comunitarias, capacitación constante del personal de salud y seguridad, y la implementación de estrategias preventivas. Contrasta esto con Salta, donde la falta de infraestructura y capacitación ha dejado a los más vulnerables sin una red de contención efectiva.

Un desafío pendiente para Salta
El caso de Lucas Mercado es un recordatorio doloroso de que las autoridades deben dejar de mirar hacia otro lado. Salta necesita un compromiso real y sostenido para desarrollar infraestructura en salud mental, formar equipos interdisciplinarios y capacitar a las fuerzas de seguridad para actuar con sensibilidad y profesionalismo en estos casos.
La salud mental no puede seguir siendo un tema secundario. Es una necesidad social concreta, que exige políticas activas y presupuestos acordes. La provincia tiene el desafío de superar el estigma, de garantizar que ninguna otra familia deba enfrentarse a la desesperación y el abandono que sufrieron los seres queridos de Lucas. Es hora de actuar con responsabilidad y humanidad.