Por Mariano Arancibia para Radio Dinamo.
Salta, fines del 2017. Son las tres y pico de la mañana en la ciudad. Estamos en el Sábado Sustancial y pese a que ya terminaron las bandas, la algarabía de la gente hace que la fiesta no termine. Afuera, las luces son pocas y un paisaje de desolación se observa sobre la cancha que está al frente. No pasa un alma y parece como si estuviéramos en un barrio inocente de cualquier pueblo; ni siquiera un botón patrullando se ve por esta parte del mundo.
La casa donde se realizó el evento es enorme. En la entrada está montada una muestra, luego hay un patio cubierto por una parra y sillas alrededor del escenario acústico; siguiendo siempre la galería inicial, de un lado una barra ofrece algo para tomar, pizza y pastafrola – que dicho sea de paso, sí se vende, no tanto como la birra pero es elegida por varios que andan con su pastafrolita en mano – y del otro, una escalera que conduce directo a una especie de peña antigua, donde se encuentra el escenario para que toquen las bandas.
A esta altura, la gente se encuentra desparramada entre el patio y la galería. Acaba de terminar Víctor Conti y los Plomos del Sonidista. Los muchachos brindaron un buen show que conectó al publicó y ayudó a que el festival termine “pum” para arriba. Por los parlantes, ahora, suena una “cumbia posmoderna” y se nota el temple alegre de los que bailan y también de los que están parados pero no se van. Ya pasó mucha gente desde la tarde-noche. Y el corolario no es diferente a lo que fue el desarrollo.
La banda destacada de la noche fue La Gran Tortuga. Un grupo sub 21 de San Pedro de Jujuy que, con un sonido potente, hizo volar la peluca a más de uno. Los pibes ofrecieron un set que combinó grunge, algo de psicodelia y distorsión con mucha fuerza. Realmente sorprendió el desenvolvimiento del trio jujeño y al terminar el show nos acercamos. “Con la banda buscamos expresar el sufrimiento, intentamos sacar un grito como cuando éramos niños”, nos dijo el cantante y guitarrista.
Marcos se llama y tiene 21 años. Su actitud es aniñada, como de un pibe indie colgado. Al preguntarle sobre sus influencias, en un principio evade la respuesta y dice que se deja llevar por “lo sonoro” y que “no le importa quién lo cante”, sin embargo, después reconoce que Metallica, Soundgarden y Nirvana son parte de su universo musical. Los otros integrantes casi no hablan. Entonces el batero toma la palabra y comenta que se viene un EP, que ya lo tienen grabado. Hay que seguirle los pasos a La Gran Tortuga. Sin duda tiene un enorme potencial.
Como en la Gestalt, el todo es más que la suma de las partes, el Sábado Sustancial, es más que una confluencia de bandas, poetas, músicos, fotógrafos y gente del under (estuvieron La Venganza, Victor Conti, Banderas Animal, Padawan, New Rusia a la Vinagret, Valen Taina, Danina Zunino Singh y Astronautas Olvidados).
Eso está claro: el evento no solo ofreció una ambientación digna, un buen sonido y precios razonables sino que, como ya dijimos, sirvió para agrupar a un cumulo de bandas y artistas que se mueven por fuera del circuito comercial. Ese merito, vale doble, si tenemos en cuenta que se lleva a cabo en uno de los barrios del oeste. Claro está que el Sábado Sustancial, año tras a año, se fue perfeccionando y que existe un movimiento de artistas que se dan una mano entre sí, lo cual pronostica que, de madurar la cuestión, la tan usada palabra “autogestión” será no solo una expresión de deseos en el terreno del lenguaje sino una realidad que perdure en el tiempo. Hasta aquí, las buenas intenciones para desarrollar la movida son evidentes y alentadoras.
El festival, a la vez, confirmó que existe un público sediento de novedades y expectante a las movidas que se organizan. Y si bien todavía es incomparable con otras escenas, hay una cantidad de jóvenes (y no tanto) que paran la oreja y ponen la mirada en lo que va surgiendo; o sea que no resultaría un disparate pensar que se puede gestar algo más grande en una ciudad aburrida y agobiada por el embotamiento que produce el establishment local.
La última edición del Sábado Sustancial fue una síntesis de lo mejor y lo peor (de acuerdo al criterio de cada uno) de lo que hay en la alternatividad.
